Un modelo claramente semiprofesional, con anillo de enfoque manual y una pantalla de 2,5 pulgadas.
Un matrimonio muy eficiente
Cuando dos fabricantes de alto nivel dentro del mundo de la imagen, como son Panasonic y Leica, colaboran aportando lo mejor de ellos en sus respectivos campos, aparecen productos como el que protagoniza este análisis: la Lumix DMC-LC5. Se trata de una de las primeras incursiones de Panasonic en el mundo de la fotografía digital con el apoyo de Leica, legendaria empresa alemana con una larga tradición de calidad y precisión en la construcción de ópticas y máquinas fotográficas.
Dentro de la primera saga de cámaras digitales Lumix, compuesta también por las DMC-F7, DMC-LC20 y DMC-LC40, la DMC-LC5 representa el tope de gama. Sus principales características son la excelente óptica Leica DC Vario-Summicrom con anillo de enfoque manual; una gran pantalla TFT de 2,5 pulgadas y 200.000 píxeles; un sensor de imagen de 4 megapíxeles brutos con sensibilidad máxima de 400 ISO, y la compatibilidad de almacenamiento con tarjetas de memoria SD Card y MMC.
Sin lugar a dudas, por prestaciones, rendimiento y calidad de imagen, podemos situarla en el segmento de las cámaras compactas avanzadas o semiprofesionales.
Cuestión de maneras
Tanto en negro como en dorado, el cuerpo de la DMC-LC5 recuerda mucho al de la Leica Digilux 1. De hecho, técnicamente se trata de la misma cámara, con algunas diferencias en estética –más refinada en la germana-, acabados –algo toscos en la Panasonic- y construcción. Por supuesto, el precio tampoco es el mismo.
Aun así, la similitud puede considerarse una garantía, especialmente en el caso de la óptica incorporada. El objetivo de distancia focal 7-21 mm (33-100, en paso universal), con un zoom óptico de 3x y otro digital de 2x, destaca por su luminosidad (las máximas aberturas en angular y tele son de 2.0 y 2.5, respectivamente) y por sus prácticos modos de enfoque.
En efecto, mediante una ruedecilla, situada en la parte frontal, puede seleccionarse la modalidad de enfoque: macro, automático y manual. Con la primera posición, se ajusta el enfoque automático para distancias de hasta 6 centímetros. Con la segunda, existe la posibilidad de elegir entre el modo de autoenfoque por zona (enfoque en el área central del encuadre) y el modo puntual; este último permite medir la distancia en un único punto central de la pantalla TFT con gran precisión, lo cual resulta perfecto, por ejemplo, para medir la distancia hasta los ojos en los retratos. La velocidad de respuesta, en todos los casos, es muy rápida.
Con la tercera posición, por último, accedemos a una de las maravillas de la Lumix DMC-LC5: el enfoque manual con anillo en la óptica, ¡cómo los objetivos de toda la vida! Bromas aparte, gracias a esta prestación, enfocar manualmente se convierte en una opción realmente válida en esta máquina. Se trata de un mecanismo electrónico, sin límite de recorrido, que permite pasar de macro a infinito con toda comodidad y precisión, como suele suceder en las ópticas réflex convencionales. Todo un ejemplo a seguir, pues, para el resto de fabricantes.
Merece también la pena destacar la función –implementada en la gigantesca y clara pantalla TFT- que acompaña el uso del anillo de enfoque manual. Un par de corchetes y un punto nos advierten, respectivamente, de la aproximación al enfoque y del punto de nitidez perfecta. De esta manera, aún en encuadres con poca iluminación, siempre podremos asegurar la nitidez de las tomas.
Cuestión de costumbres
La DMC-LC5 conserva otro as en la manga que la acerca, aún más, al modo clásico de hacer fotos. Para aquellos aficionados a la fotografía manual, la Panasonic recupera la entrañable figura del exposímetro. Se trata de una barra de +- 1 EV, graduada en pasos de 0,25 EV, que aparece en la parte inferior del monitor cuando seleccionamos el modo manual de exposición. Si se hace necesario compensar la exposición, podemos recurrir al ahorquillado automático de exposición (de 3 a 5 imágenes en pasos de 0,25 EV) para obtener el resultado deseado. Como debe ser.
Siguiendo el rito de las "tradiciones", la Lumix también admite el ajuste de sus modos de exposición con prioridad a la abertura (diafragmado de 2.0 a 8.0) y a la obturación; automático programado, y automático total. Los modos de disparo son también los clásicos: vídeo (secuencias en Quick Time M-JPEG de 320 x 240 píxeles, con audio), disparo simple (almacenamiento en JPEG o TIFF) y disparo continuo (de hasta 8 fotogramas por segundo, en calidad baja, y 4, en alta).
Un retardo virtualmente inexistente
Los disparos en escenas rápidas no suponen casi ningún problema con esta máquina. El obturador se muestra obediente a las órdenes del disparador, con un retardo inapreciable en todo su rango de velocidades, que se extiende desde los 8 a 1/1000 segundos, sin modo B (bulb). Su funcionamiento puede sincronizarse con el flash a velocidades lentas de hasta 1/30 segundos.
El flash, por su parte, admite sincronización con la cortinilla trasera, compensación manual de potencia de destello, ajuste específico de balance de blancos (uno más de la lista de los 6 modos prefijados, a saber: luz halógena, fluorescente, solar, día nublado y modo manual) y puede funcionar en el modo de reducción de ojos rojos. Su alcance máximo es de 4,5 metros. Adicionalmente, puede sincronizarse un flash externo mediante una zapata convencional situada en la parte superior de la cámara.
Cuestión de gustos
Como la óptica de la DMC-LC5 goza de una elevada luminosidad, al sensor CCD de 3,9 MP efectivos de la cámara parecen no gustarle demasiado los cambios de sensibilidad. En otras palabras, pierde demasiada calidad de imagen cuando se superan los 200 ISO. Así, a 400 ISO aparece bastante ruido. Excepto para usos experimentales, no es recomendable mover el ajuste más allá de los 100 ISO.
Aunque prescindir del magnífico monitor TFT de la DMC-LC5 –representa casi la mitad del total de consumo de batería- no será la preferencia de casi nadie, la alternativa disponible está a la altura de las circunstancias: contamos con una pantallita LCD de status con todas las indicaciones de exposición, disparo, modos de balance de blancos, enfoque, medición (multizonal o matricial, puntual y ponderada al centro), ISO, compensación de exposición, modo de flash y nivel de potencia, calidad y tamaño de imagen, capacidad de almacenamiento y energía restante, autodisparador, indicador de grabación de audio e incluso modos de ahorquillado de exposición y enfoque.
Asimismo, la pequeña pantalla se encuentra bien complementada por un visor óptico de correcto paralaje y lucecitas indicadoras. En definitiva, no tendremos demasiados problemas para ahorrar mucha batería y disparar "a ciegas".
Tampoco plantea inconvenientes el manejo y la manipulación de la DMC-LC5. La navegación por el menú principal es fácil (mediante un botón de tipo cursor de cuatro flechas) y todo está bastante a mano del fotógrafo. El único "pero" lo protagoniza el botón de acceso al menú: mientras el resto de pulsadores son redondos y de tamaño adecuado, éste aparece como un pequeño rectángulo embutido en un agujero circular, con lo que resulta a menudo –sobre todo con las prisas- algo incómodo de accionar.
La ergonomía general es buena, gracias, por un lado, a las proporciones de la máquina –ni demasiado grande ni demasiado pequeña, aunque no sea precisamente discreta-, y por otro, a la correcta ubicación de los controles y al tamaño de todos los displays.
Cuestión de confianza
La apuesta de Panasonic por su Lumix DMC-LC5 se ve reforzada por la gama de accesorios disponibles para complementar este modelo: encontramos, en su catálogo, desde un flash externo –con un alcance de 10 metros- hasta lentes de conversión para gran angular y tele.
Los accesorios incluidos de serie son los siguientes: una batería de ión de litio de razonable duración (dependiendo del uso del monitor TFT y del flash); un adaptador AC de utilización mixta como cargador y alimentador; un cable USB; un cable A/V (salida de vídeo en PAL o NTSC); una tapa para la lente; un curioso parasol de plástico para la pantalla TFT; un CD-ROM con el software y -¿el detalle de confianza?- una tarjeta SD Card de 32MB.
Especificaciones:
Tipo de cámara compacta digital de objetivo incorporado y visor óptico
Captación de imagen
Sensor de imagen Tipo CCD
Tamaño
Filtro de color
Resolución Total 4 MP
Efectiva 3.9 MP
ÓPTICA
Modelo
Distancia focal 7.0 - 21.0 mm (equivalente 35 mm: 33 - 100 mm)
Zoom Óptico 3x
Digital 2x
Estabilizador de imagen no
Abertura Máxima (W-T) f2.0
Mínima (W-T) f2.5
Acepta lentes conversión sí
Enfoque Automático sí
Manual sí
Normal 30.0cm - infinito
Macro 6.00cm - 50 cm
Luz de ayuda al autofoco
Control de exposición
Modos Auto sí
Manual
Prioridad obturación sí
Prioridad abertura sí
Programa
Escenas
Velocidad de obturación Máxima 1/1000 s
Mínima 8 s
Modo B no
Sensibilidad (ISO) 100, 200, 400
Medición Ponderada al centro sí
Puntual sí
Matricial sí
Otros
Compensación de exposición -2.00 a 2.00 EV
Balance de blancos Auto sí
Preconfigurados sí, 6 modos
Manual no
Otros
Control de disparo
Disparo simple Archivos JPEG, TIFF
Resoluciones (en píxeles) 2240 x 1680
1600 x 1200
1120 x 840
640 x 480
Disparo en ráfaga
Vídeo Formato de compresión
Archivo MOV
Tipo ·320 x 240, (160 s)
Sonido sí
Sonido Notas de voz 5 segundos
Otros
Temporizador 2, 10 s
Visualización de imagen
Visor Óptico
Monitor Tipo TFT
Tamaño 2.50 pulgadas
Resolución 200000 píxeles
Rotatorio no
Táctil no
Almacenamiento
Soportes de almacenamiento Incorporado SD Card de 32.0 MB
Compatibles SD Card / MMC
Archivos Comprimidos JPEG, MOV
Sin comprimir TIFF
Flash
Incorporado Flash integrado sí
Modos automático, apagado, de relleno, reducción de ojos rojos, sincronización lenta
Compensación
Externo Flash externo sí
Conexión zapata
CONECTIVIDAD
USB sí
Salida A/V sí
Control remoto
Otros
Alimentación
Batería Incluida 1 ión de litio, de 1400 mAh, recargables
Compatibles
Cargador incluido
Adaptador A/C incluido
CUERPO
Sumergible
Peso Bruto 430.0 g
Neto
Dimensiones 81.2 x 127.0 x 63.5 mm (alto x ancho x grosor)
Garantía 2 años Panasonic España